Una estrella más en el firmamento

No puedes disimular con la muerte. Ella cuestiona la totalidad de tu vida. Ahí está, en tus narices, señalando tu condición efímera, temporal, transitoria.

Hoy mi padre ha muerto.

Se apagó su vela.

Es triste perder a alguien que estimas, y no obstante me siento feliz por la vida que ha tenido y me siento muy afortunado por qué él encendió mi vela con la suya. Ahora me siento responsable de esa llama.

Él ha sido un ejemplo de sencillez, de generosidad, de autenticidad, de amabilidad, de amistad, un ejemplo de lo que es ser un buen padre, de lo que es ser una excelente pareja, una persona que ama la vida, que adora a los demás, que se sabe afortunado por haber existido, por haber sido, por haber dado, por haber hecho reír a tantos, por saber escuchar, conversar, preguntar, persuadir, analizar, prestar atención, observar, relajarse, disfrutar,...

Es una ocasión magnífica para reasegurarme de estar viviendo la vida que quiero vivir.

Somos polvo de estrella en un pequeño reloj de arena.

Carpe diem!

T'estimo pare!