"Marina Abramovic es una artista conocida por sus deseos de explorar los límites de lo que haría un artista en el nombre del arte. Si obra más conocida es "The Artist is Present" donde se sentó sin moverse durante 736,5 horas a lo largo de tres meses, invitando a los visitantes a sentarse frente a ella y a mantener contacto ocular durante tanto tiempo como quisieran.
Una de las piezas más valientes fue un ejercicio de confianza donde les decía a los visitantes que no se movería durante seis horas sin importar lo que le hicieran. Dispuso 72 objetos que podían ser utilizados por sus visitantes de forma agradable o destructiva, desde flores hasta un collar de plumas, un cuchillo, o una pistola cargada, en una mesa cercana e invitó a los visitantes a que los utilizaran como quisieran.
Inicialmente, tal como dijo Abramovic, los visitantes se mostraban pacíficos y tímidos, pero la violencia escaló rápidamente: "La experiencia que aprendí es que... si dejas la decisión al público, pueden matarte... Me sentí realmente violada: me cortaron las ropas, clavaron pinchos de rosa en mi barriga, una persona me apuntó al a cabeza con la pistola, y otra persona la apartó. Creó una atmósfera agresiva. Exactamente después de seis horas, tal como había planeado, me puse de pié y comencé a andar hacia el público. Todos salieron corriendo evitando la confrontación".
Este experimento reveló algo terrible acerca de la humanidad, parecido al experimento de Philip Zimbardo con la prisión, el experimento de obediencia de Stanley Milgram, en los cuales se demostró la facilidad con la que las personas se pueden hacer daño unos a otros bajos circunstancias poco usuales.
Este experimento mostró cuan fácil es de deshumanizar a una persona que no ofrece resistencia, y es especialmente poderoso porqué desafía lo que solemos pensar que sabemos de nosotros mismos. No creo que nadie de los que lea esto piense que las personas de su entorno sean capaces de hacer ese tipo de cosas a otro ser humano, pero esta obra demuestra lo contrario."
Sinceramente este tipo de actos me dejan muy consternado, decepcionado y triste. Luego me recuerdo que uno tiene que ser el cambio que quiere ver en el mundo.