sábado, 24 de abril de 2010

La ceguera cognitiva

El jueves desayuné con una excelente comunicadora, una vendedora de ideas, de proyectos, de conceptos, de creencias, de posibilidades... Una formadora con grandes habilidades y una trayectoria profesional impecable. Una de esas personas que sabes que tiene dentro el fuego de la pasión por ayudar, por compartir, por enriquecer, por avanzar...

Ella es Mónica Mendoza y siendo la primera vez que nos veíamos contactamos rápidamente pq nuestra escala de valores está muy alineada y tenemos un pasado en común en el mundo del freelance.

Charlamos de muchas cosas interesantes, y en un momento dado, llegamos al tema de plantearnos ¿qué es lo que tiene que pasar para que, una persona que tiene el entorno en su contra, consiga salir adelante y lograr el éxito (cómo sea que uno defina el éxito)?...

Desde mi punto de vista estas personas, en algún momento de sus vidas, han pasado por cierto tipo de experiencias que ha cambiado sus creencias sobre lo que ellas podían conseguir.

Mientras no creían que estaba en su mano algo mejor, mientras vivían ciegas a las posibilidades que existían a su alrededor, no podían actuar de forma decidida en materializar dichas opciones y así, sus resultados, se limitaban a ser mediocres.

Alguien que está atrapado por las exigencias de su entorno inmediato, por las necesidades apremiantes de sobrevivir, o de llegar a fin de mes, difícilmente consigue ver las puertas que le permitirían salir de esa jaula. Es como si la inmediatez de escapar de sus miedos la impidiera acabar con ellos de una vez por todas.

Una suerte de ceguera cognitiva que hace que la atención de esas personas quede totalmente centrada en lo que no quieren, en lo que les causa dolor, y no sean capaces, o no se atrevan, o no puedan llegar a creer que es posible salir de esos escenarios, que existen otras posibilidades para ellas.

Hablamos con Mónica de las personas que han vivido en un entorno miserable, empobrecido, degradante,... y que se han empapado tanto de cierto tipo de experiencias deprimentes que han bloqueado severamente su capacidad para tan si quiera imaginar que otra vida es posible para ellas.

Y a pesar de todo, dentro de esos núcleos de pobreza, se han dado casos ejemplares de personas que han volado, que han sido capaces de lograr lo que para la mayoría no llega siquiera a ser un sueño.

¿A qué se debe que esa pequeña minoría haya sido capaz de cambiar sus resultados a pesar de la terrible resistencia que les ofrecía el entorno?

Creo que en cierto momento estas personas han cambiado sus creencias sobre lo que era posible para ellas. Quizás por cierto conjunto de experiencias, por haber vivido algo extraordinario, o por haber conocido a alguna persona que les ha apoyado desde fuera de su círculo... el caso es que el cambio de creencias necesariamente está en la base que posibilita la fuga.

Hacemos y logramos en función de lo que creemos que somos capaces, y si en nuestro interior no albergamos siquiera la idea de que algo distinto es posible para nosotros, entonces estamos en lo cierto y nos condenamos a seguir repitiendo los mismos pésimos resultados una y otra vez.

Pero cuando, por el motivo que sea, conseguimos cuestionar primero, y cambiar después estas creencias, cuando somos capaces de poner en tela de juicio el determinismo de nuestros orígenes, en ese momento hemos plantado la semilla del cambio y podemos hacer brotar un árbol que de un fruto completamente distinto.

No suele ser habitual y la mayoría de personas no conseguirá jamás salir de dichos entornos opresivos. La resistencia es muy grande. Pero una pequeña minoría aprenderá a ver la salida de la jaula,... primer dándose cuenta de que está aprisionada, segundo cambiando las ideas que tenía sobre la imposibilidad de conseguir una realidad diferente, y luego actuando con mucha energía, con mucha pasión, con ganas, con empeño, con tenacidad, de una forma constante, muchas veces agotadora, y siempre exigente,... pero para conseguir finalmente salir de ahí.

Mientras estás ciego a la posibilidad de que está en tu mano conseguir otros resultados, te estás condenando a repetir tus resultados.

Por estos motivos creo que el cambio se origina primero en tu cabeza y luego en el mundo.

vC

jueves, 15 de abril de 2010

Misticismo y dinero


La gente tiene una relación extraña con el dinero... no suele hablar de cuanto gana, parece indigno, no suele preguntar cuanto ganan los demás, parecería ofensivo, no suele saber cómo se genera realmente, ignora sus reglas y, a pesar de que muchos dicen que es vil, y que corrompe, la mayoría dedicará las mejores horas de día y los mejores años de su vida persiguiéndolo. Ellos dirán que no, que no trabajan por dinero, sino por la sociedad, por su familia, por amor al arte y está bien que digan esas cosas si la ceguera les hace más felices... para mi trabajan por dinero.

Veo un problema que toma dos formas distintas:

1. Por un lado están las personas que se empeñan en señalar que el dinero no da la felicidad, ni trae la paz interior, ni te realiza como persona. Argumentan que estos estados emocionales no dependen del dinero que uno tenga, y estoy totalmente de acuerdo en que esto es así. Pretender que el dinero te hará feliz es una terrible confusión que intentaremos analizar. Pero ¿por qué se asocia tan frecuentemente dinero y felicidad? ¿por qué a pesar de tanta sabiduría popular siguen siendo tantas las personas que creen que serían más felices sin tuvieran más dinero?

Una posible causa estaría en la diferencia entre ser más feliz y tener menos dificultades. Si hablamos de la felicidad en términos absolutos podemos remitirnos tanto al gran abanico de pensadores que han volcado su conocimiento sobre el tema, como a nuestra propia experiencia directa sobre el mismo. Uno puede seguir a ciertos filósofos hindúes, chinos, alemanes, indios, tibetanos,... y llegar a la conclusión de que la felicidad, primero, ha sido motivo de análisis por todas las culturas, y segundo, que cada uno la entiende a su manera. No vamos a entrar en esta ocasión a analizar la felicidad, pero podemos tomar contacto con nuestra individual concepción, puesto que al final cada uno de nosotros tienen un constructo personal sobre la misma, un conjunto de reglas y verdades que para él son ciertas. Por esto si hablamos de la felicidad en términos absolutos podemos quedar embarrados.

Hay otra aproximación mucho más sencilla: acercase al tema desde el otro extremo. Me resulta difícil explicar lo que es la felicidad, pero me es muy fácil entender lo que me hace infeliz... Tengo que cubrir cierto conjunto de necesidades fundamentales para poder vivir, y por el hecho de ser humano, dichas necesidades no se limitan a las puramente biológicas, tb tengo necesidades sociales, de aceptación, de expresión, de pertenencia, de autorealización... Y cuando no soy capaz de cubrirlas me siento mal... no tanto pq elija ese sentimiento, sino como contraposición a la idea de que algo me impele a satisfacer dichas necesidades.

Algunos humanos elaboran necesidades muy sofisticadas y les entregan el poder de controlar sus estados emocionales, y así se atrapan en una red de obligaciones que les arroja a una carrera en la que persiguen fantasmas y espejismos... La falta de conciencia de la creación de dicho proceso puede llegar a explicar buena parte de las conductas neuróticas. Ahora bien, estamos hablando de dinero ¿verdad? De la relación que puede haber entre dinero y felicidad,... y es que, si bien puede ser cierto que el dinero no le hace a uno feliz, tb es cierto que no tenerlo le puede a uno dificultar la satisfacción de muchas necesidades, y así, tenerlo, por sí mismo, quizás no asegura el que una persona se realice,... pero no tenerlo sí ayuda a que a una persona le resulta más complicado estar en su centro. Cuando no tienes cómo pagar la hipoteca los estados de realización espiritual pueden quedar en un plan muy secundario.

Y luego están los místicos que se empeñan en decir que uno debería ser feliz independientemente de sus circunstancias... Ya, bueno... quizás tengan razón, pero cuando alguien pone un operador modal de obligación, como "debería" en una frase que va dirigida a mi, despierta mi parte más rebelde. Yo creo que los demás no "deberían" nada... podrían, estarían en su mano si quisieran, tal vez sería para ellos una opción, un camino... pero nada de "deberían".

La felicidad, y vas a permitirme que haga una digresión sobre el tema, es un tema fascinante sobre el que se ha escrito mucho, pero personalmente me sorprende que se haga caso a lo que han escrito personas que no son necesariamente felices... científicos amargados por sus propias insuficiencias, encerrados en las corazas de sus investigaciones, pero sin un ápice de felicidad en sus corazones. El hecho de que alguien tenga fama de buen divulgador, no le autoriza, al menos a mis ojos, para ser portavoz de la felicidad. Prefiero escuchar a un pastor de ovejas, a un niño, o a una mujer embarazada, que un científico preocupado por renovar la beca de investigación de este año.

Así que por un lado están aquellos que señalan que el dinero no da la felicidad, y para ellos el comentario de que tal vez no la de, pero no tener dinero, puede dificultar mucho el que uno se de permiso para explorar estados elevados de autorealización. El dinero no te hace feliz, pq la felicidad es una elección personal y no algo que dependa de elementos externos, pero la falta de dinero puede contribuir a que tengas muchas dificultades en la vida, a que pases penas, angustias, retos, tensiones, miedos,... y en consecuencia, tener dinero puede ayudarte a aliviar ciertas dificultades, ciertos retos, y miedos. El dinero te permite acceder a más posibilidades, a más opciones... pone a tu alcance caminos inaccesibles de otras formas, abre puertas que permanecerían cerradas sin él. ¿Es todo esto necesario para ser feliz? Tal vez no. ¿Ayuda todo esto a ser menos infeliz? Tal vez sí.

Y esto nos lleva a la segunda forma del problema:

2. Muchas personas disimulan su falta de habilidad con un halo de misticismo y desapego por las cosas... o al menos es lo que me parece a mi cada vez que leo o escucho un comentario sobre el dinero de alguien que ni lo tiene y ni lo ha tenido nunca, pero habla como si supiera lo que dice. ¿Puedes regresar de un lugar al que nunca has ido? ¿Puedes dar algo que no tienes? ¿Puedes hablar con conocimiento de lo que el dinero da o deja de dar si ni lo tienes ni lo tendrás?... Se me hace difícil de imaginar.

Tener o no tener dinero, desde mi punto de vista, tiene que ver con acceder o no a cierto tipo de recursos, permitirte cierto control sobre tu tiempo, sobre tu vida, sobre lo que haces y cómo lo haces. Quizás muchas de las cosas que uno puede hacer con dinero son innecesarias. Tampoco es necesario que uno vea la televisión o vaya al teatro o tenga más de tres camisas, pero estas cosas forman parte de nuestra cultura y en cierta medida tb pueden ser interesantes.

Por otro lado ¿qué hay de malo en tener dinero? Tendrás más tiempo para ti, dispondrás de la posibilidad de elegir entre más opciones, podrás viajar, estar con tu familia, contribuir socialmente, ayudar a otras personas menos hábiles,... ¿qué tiene de malo eso?

¿No será que se ha envilecido al dinero asociándolo a ciertas conductas deplorables? Quizás algunas personas con dinero han intentado conseguir la felicidad a través de medios socialmente perniciosos,... ¿Pero eso depende del dinero o el dinero es un medio y la forma de usarlo depende de la persona? Yo creo que el dinero no te hace más feliz, y tb creo que no te hace más vil, ni más mezquino, ni más nada... Si ya eres un déspota podrás magnificar tu despotismo, y si ya eres un necio podrás potenciar tu necedad,... pero si eres una persona agradecida o generosa o socialmente consciente, también podrás proyectar dichos rasgos en mayor medida. No depende del dinero... depende de ti.

¿Entonces porqué seguir empeñado en que el dinero es algo que uno no quiere? ¿Pq negar la evidencia de que la mayoría de personas entregarán una buena parte de su vida a conseguirlo? Cuando pienso en esto, aparece ante mis ojos la sospecha de que tal vez sea porqué muchas personas "desearían" poder tener, no más dinero, pq el dinero en sí mismo es solo un medio, sino aquello que el dinero puede dar, como un mayor control sobre el tiempo de uno, o sobre sus obligaciones,... muchas personas tal vez se estén comportando como la zorra de la fábula que decía que las uvas eran verdes y que no le interesaban pq ella no podía alcanzarlas.

Creo que son dos cosas distintas y totalmente complementarias: el dinero y el misticismo, el acceso a más recursos, y la realización personal, el tener más posibilidades, y el encontrar el propio centro, el disponer de más opciones, y el conocerse uno mismo. No son dos opuestos, no son el bien y el mal, no son cosas que desde el mismo plano sean comparables y una niegue la otra (como parece que hacen ciertas personas),... son dos aspectos diferentes de los muchos que hay en la vida de las persona.

Así que uno puede pasarse toda la vida negando su deseo de acceder a más control sobre su vida, a más opciones y posibilidades diciendo que el dinero envilece, o puede aprender sus reglas, obtenerlo y dejar de luchar.

Leía en el Facebook una cita sobre el Dalai Lama que decía que "el dinero no da la paz interior". Claro que no la da. La paz interior depende de ti y es un camino personal. El dinero está en otro plano menos espiritual: te permite acceder a recursos tan interesantes como el que puedas disponer de tu tiempo un poco más a tu antojo.

Leía tb otros comentarios que parecieran ir en la dirección de que el camino a la autorealización está al alcance de cualquier persona en cualquier momento. Claro que sí. Yo así lo creo... ¿Pero por qué ese empeño en negar el potencial que tiene el dinero? Se trata de una herramienta que bien utilizada puede facilitar muchas cosas... ¿por qué aferrarse a la vieja idea de que el dinero es malo? ¿Es malo un cuchillo? Es una herramienta que puede servir para extender la mantequilla o para herir a alguien... la bondad del dinero igual que la bondad del cuchillo deberían de atribuirse a las personas que hacen uso de dicho recurso, no al recurso en sí mismo.

Quiero finalizar con una reflexión personal que me hice hace algunos años y que marcó una diferencia en mi vida: Si al final vas a tener que conseguir dinero para vivir, ¿porqué no aprender las reglas que rigen su uso, ganar ese juego y salir de la ecuación?

miércoles, 14 de abril de 2010

Mapa de la deuda mundial


Aquí te dejo una representación gráfica de la deuda externa contraída por los diferentes países (realizada por Benajmin Henning, de la Universidad de Sheffild, vía Meneame)

Saca tus propias conclusiones.

martes, 13 de abril de 2010

Aprendizaje indirecto


Si repasamos lo que hemos vivido probablemente seamos capaces de identificar momentos en los que pasamos por situaciones complicadas que exigieron lo mejor de nosotros mismos. Quizás en esos momentos no fuimos conscientes de lo que dichas experiencias iban a modelar nuestro futuro, pero ahora, desde el futuro de aquellos momentos, podemos dar sentido a lo que nos tocó vivir y verlo con otros ojos.

Es habitual que la vida nos presente retos inesperados, situaciones que es fundamental enfrentar y sobrellevar,... Algunas veces es sencillo capear el temporal y otras veces es mucho más complicado, pero suele ser común el que las personas que están pasando por dificultades no tengan la experiencia de que eso vaya a enseñarles nada,... es como si no fueran capaces de hacer una lectura positiva y capacitante a lo que viven.

Con el paso del tiempo uno puede analizar el pasado y entender que fuero esos ciertos retos claramente identificados los que llevaban escondidos la semilla del cambio y que, sin esas experiencias, sus vidas no sería hoy lo mismo.

Me gusta pensar en Daniel San, el protagonista de la película Karate Kid, pq hay muchas cosas que uno aprende sin darse cuenta de que las está aprendiendo,... igual que él, que aprendió ciertos fundamentos del karate puliendo coches y barnizando vallas, ignorando que, detrás de cada pincelada había una lección.

Tb tu vida está llena de experiencias que pueden marcar una diferencia, lecciones que interiorizas a un nivel subconsciente y que quizás formarán parte de tu mañana. Ser consciente de ello hoy, en este momento, puede ayudarte a que te des permiso para fluir, para ir con lo que estás viviendo, con lo que es.

Detrás de cada reto que te toca vivir hay el regalo de una lección disponible para el que sabe mirar.