miércoles, 14 de mayo de 2014

¿Cómo elegir carrera?


En nuestra sociedad llega un momento en el que los adolescentes deben decidir qué van a estudiar. En ese punto algunos lo tienen muy claro, siguen una vocación que quizás descubrieron con anterioridad, pero otros muchos comienzan a dudar. ¿Qué quieren ser de mayores? ¿Deben elegir con el corazón o con la cabeza? ¿Qué estudios son "mejores"?

Son preguntas muy importantes en un momento en el que, la capacidad de anticipar el futuro, es muy imprecisa. Una elección "equivocada" puede sumirnos en un camino insatisfactorio cuyas consecuencias no vivamos plenamente hasta mucho más adelante.

Este fin de semana, en una cena-debate con unos amigos, surgió el tema. Su hija adolescente compartió que había decidido estudiar veterinaria. Le encantan los caballos y es decisión parecía satisfacerla. Pero justo después de que compartiera su decisión llegó la crítica: quizás no era la mejor carrera para ella... Luego dijo que también había considerado la posibilidad de estudiar criminología y nuevamente la crítica: quizás tampoco es una buena idea...

Hay muchas formas de evaluar lo que es "mejor"... podríamos intentar encontrar aquello que nos hará ganar más dinero, o aquello que tiene mayores salidas profesionales, aquello que es más divertido, más agradable, o que se ajusta mejor a nuestro carácter y personalidad...

Mi posición es muy clara en este sentido: uno debería de estudiar dos cosas: 1) aquello que le dicte su corazón, que le satisfaga, que le motive, inquiete y estimule... Eso es fundamental porque es posible que dediquemos mucho tiempo a su estudio y mucho más tiempo a su ejecución práctica. Hay que seguir los dictados de nuestro corazón y aprovechar la extraordinaria oportunidad que nos supone vivir para expresarnos a través de aquello que más nos gusta. Ahora bien, ¿qué pasa con la parte crematística de la cuestión? ¿no se supone que uno estudia para ganarse la vida? y en ese caso ¿no es cierto que hay carreras con más salidas que otras? Si, así es, pero ¿cuál es el factor determinante del éxito profesional? Desde mi punto de vista no es aquello que uno estudia, sino cómo se proyecta profesionalmente, que son dos cosas distintas.

Conozco psicólogos, por poner un ejemplo, que se ganan muy bien la vida, y otros que, con la misma o parecida formación, apenas logran subsistir... Conozco personas que han estudiado ADE que aceptan trabajos que nada tienen que ver con su preparación, abogados de carrera que terminan trabajando en un departamento de atención al cliente, o diseñadores que venden ropa en una tienda... ¿son los estudios la variable que determina el éxito profesional o hay algo más?

Aquí es donde entra lo segundo que uno debería estudiar: 2) cómo hacerse una clientela. Uno debería aprender que son dos cosas distintas y que, por un lado están las habilidades técnicas, y por otro las habilidades que nos sitúan en el mercado, que nos ayudan a identificar a quién podemos aportar valor, y que nos señalan de qué manera debemos de comunicar dicho valor. Habilidades de comunicación, de marketing de servicios profesionales, de networking, habilidades relacionadas con la creación de un perfil profesional, una marca y una reputación.

Creo que son estas las variables que hay que tener en cuenta a la hora de elegir carrera: sigue tus sueños y complementa tu formación con buenas habilidades para hacerte una clientela. Y luego dará igual qué haya estudiado porque terminarás haciendo algo que te gustará mucho hacer, y sabrás como venderlo y hacerlo llegar al mercado.

No basta con tu preparación técnica para hacerse un lugar en esta sociedad, es imprescindible acompañarla de otro tipo de habilidades. Lamentablemente no nos las enseñan durante nuestro periodo de estudio formal, y en muchos casos ni nos las señalan como importantes, pero si reflexionas te darás cuenta que, más allá de la preparación formal que uno tiene, hay otro conjunto de habilidades que van a incidir de una forma determinante en la proyección profesional, y a las que debería de tratarse con la importancia que merecen.

Conozco a demasiadas personas que están sobradamente preparadas en su vertiente técnica, pero que son verdaderos analfabetos en proyección profesional. Los encuentro frustrados en puestos de trabajo mal remunerados o en sectores diferentes a los aspiraban de jóvenes.

Por suerte, o al menos así lo creo yo, este conjunto de habilidades se pueden aprender y cualquiera está en condiciones de llegar a hacerse una clientela en el sector de desee, ya sea trabajando directamente como empresario, subcontratando sus servicios como profesional liberal, o vendiendo su tiempo dentro de un departamento en una organización.

vC