jueves, 25 de diciembre de 2008
¿Y si ya fueras rico?
Considero básico y fundamental el que seas capaz de contestar esta pregunta con mucha claridad. Si no tiene respuesta para ti ya puedes comenzar a buscar con detenimiento hasta que la halles.
¿Cuál es tu propósito detrás del dinero? Imagina que tienes tiempo libre para hacer lo que desees, que eres libre de tener que trabajar por obligación, que puedes comprar aquello que siempre has querido... ¿qué es lo que vas a hacer con tu nueva vida? ¿Lo sabes? Más vale que así sea.
Quizás me has oído decir que muchas personas están a dos sueldos de la ruina. Si dejasen de trabajar no podrían mantener su estilo de vida durante mucho tiempo. Pues bien, ha llegado el momento de que diga que muchas personas pueden encontrarse a pocos meses de su riqueza. Hoy es Navidad y es un buen momento para hacerte pensar en ello. No importa si te sientes agobiado por las deudas, por la presión del trabajo, o por la incertidumbre ante la crisis, de verdad te digo que todo esto puede cambiar para ti en menos de un año.
El 2009 por ejemplo, puede ser el año en el que accedas a las posibilidades que siempre te has limitado a soñar... Ahora bien, ¿qué harás cuando lo consigas? Si no lo sabes caerás en el abismo de haber logrado tu anhelo solamente para descubrir que no era eso lo que calmaba tu sed.
No importan los detalles, creeme, puedo enseñarte el camino paso a paso. Estoy seguro de ello. Asume que podrás recorrerlo en menos de un año... pero ¿qué pasará luego? Una vez te hayas cambiado de casa, hayas comprado un coche precioso, le hayas regalado a tus padres y a tus hermanos todo lo que siempre has querido, una vez hayas viajado por el mundo alojándote en los mejores hoteles...¿qué será de tu vida? ¿Tienes una respuesta clara? Si no la tienes comienza a pensar en ella.
Estas fechas son muy adecuadas para que entres dentro de ti y analices qué tipo de vida quieres tener. La falta de dinero y las preocupaciones que eso conlleva, pueden mantenerte muy ocupado. Embotan tus sentidos y te absorven de una manera tal que pueden mantenerte en un estado de adormecimiento. Mientras persigues la zanahoria no te das cuenta de hacia donde te diriges.
Bien, ha llegado el momento de comenzar a despertar. Ya estás ahí. Tus deudas están saldadas y por delante tienes el resto de tu vida. ¿Qué harás con tu tiempo? Haz de esto una obsesión hasta que seas capaz de responderlo con total transparencia. No hay medias tintas. Puede ser muy duro abrir los ojos habiendo llegado donde siempre has querido solamente para descubrir que tampoco ahí está la felicidad.
Un fuerte abrazo y mi más sincero deseo de paz.
martes, 23 de diciembre de 2008
2070 años seguidos... y ni así
Me pareció una idea muy interesante y divertida... ¿qué hacer si te toca el gordo? Ese tema podía despertar mucha curiosidad, pero iba a ser de utilidad a muy poca gente... lo que de verdad me gustaría contar es: ¿Qué hacer si no te toca la lotería?... Eso sí que tiene interés. Al fin y al cabo lo más probable es que no te haya tocado.
Antes de mi entrevista, mientras estaba ya en el estudio, escuché a los invitados que estaban en ese momento en antena. Uno de ellos dio un dato interesante: "Para asegurarte de que ganas la lotería de un sorteo determinado, deberías apostar 1.000€ una vez al año durante 2070 años seguidos". ¿Habrías comenzado a apostar cuando Sócrates iba en pantalón corto y aún no te habría tocado! Y eso en referencia a UNO de los sorteos...
Me tomé esta foto el sábado por la mañana en Sol... lo que se ve a mis espaldas es una hilera interminable de personas apostando con todas las probabilidades en contra. Iban a dejar su dinero a cambio de algunos números de lotería. Esa diligencia en guardar el orden, las horas de frío esperando su turno y la esperanza en sus caras. Ese año sí, esa vez les iba a tocar algo... Que felices si les tocase... porqué, a alguien le toca ¿no es cierto?.
Sábado cenamos con unos amigos y uno de ellos comentó que había visto un reportaje en televisión sobre ganadores de lotería en USA. Los premios que habían ganado eran cuantiosos, todos por encima de los 10 millones de dolares. Les hicieron la misma pregunta: "¿Es usted más feliz ahora que antes?"... Todos contestaron invariablemente lo mismo: No. El que no había perdido a los amigos, había perdido a la pareja, el otro vivía atemorizado por posibles robos e incluso a uno no le pudieron entrevistar porqué lo habían asesinado...
La felicidad no está en lo que tienes, sino en lo que eres, no está ahí afuera, sino aquí adentro, no está en un momento futuro, sino en el ahora. Si no arreglas tu vida con lo que dispones en éste momento, posiblemente no seas capaz de arreglarla con lo que dispondrías si te tocase la lotería.
Me recuerda mucho lo que les pasa a los que viajan con el intento de dejar atrás sus problemas: si el origen de lo mal que se sienten está en su cabeza, por más lejos que vayan sus problemas viajan con ellos.
El dinero compra tiempo y te da acceso a muchas posibilidades, y en ese sentido es interesante aprender a tomar decisiones adecuadas para obtenerlo... pero creer que tu felicidad depende de él es un error.
Tu pensamiento origina tu sufrimiento. Todo el dinero del mundo no va a hacer que pienses de forma distinta, ni va a acabar con tu dolor. Disuelve tu pensamiento y disolverás tu sufrimiento. Eso lo puedes hacer ahora. Eso solamente lo puedes hacer ahora.
martes, 16 de diciembre de 2008
Por más oscuras que sean las nubes...
En estas fechas es habitual que muchas economías domésticas se desequilibren: los precios están por las nubes justo en el momento en que hay que hacer más compras. Regalos, comidas copiosas para todos los invitados y aprovechar las oportunidades, están entre los hábitos que más nos perjudican: pueden resultar agradables a corto plazo pero a la larga hacen el agujero más hondo. Quiero que hagamos juntos un análisis de ésta situación para ver si descubrimos alternativas para no perder la cabeza.
Comencemos por el principio: ¿Es necesario comprar tanto en estas fechas? Muchas personas creen que si, argumentan que lo han estado haciendo de este modo los últimos años, dicen que es lo que se espera de ellos y que eso lo justifica. Puede que tengan razón. Sin duda alguna lo más fácil es seguir haciendo lo mismo, pero si lo que hacemos no es bueno para nuestros intereses quizás es hora de cuestionarlo. Por ejemplo, ¿qué es lo que deseamos cuando invitamos a nuestros familiares a comer con nosotros? ¿Queremos que estén a gusto, en compañía de las personas que les quieren, celebrando unas fechas especiales? ¿O queremos que vean que las cosas aparentemente nos van bien, que somos personas generosas y espléndidas? Porqué, si lo que buscamos es pasar un rato en buena compañía, si lo que queremos es reencontrarnos con quienes son importantes para nosotros, quizás podríamos centrar nuestro convite en eso. Tal vez de hacerlo logramos prescindir de ciertos lujos, de ciertos caprichos caros que hablan de lo bien que va nuestro bolsillo pero que no están relacionados directamente con nuestro objetivo y que en el fondo nos acaban perjudicando porqué nos llevan a gastar más de lo conveniente.
Por otro lado podríamos cuestionar algunas tradiciones como por ejemplo la obligatoriedad de regalar en ciertas fechas: ¿Realmente es necesario hacer tantos regalos? Sobre todo si tenemos en cuenta que muchas veces compramos por cumplir, porqué se espera que hagamos un regalo, no necesariamente porqué estemos sintiendo que con esto mostramos nuestro afecto, nuestra estima, sino más bien por nuestro servilismos a las tradiciones, tradiciones que podría parecer que están diseñadas para enriquecer a terceros.
Si lo que queremos es mostrar nuestro afecto a ciertas personas, y tenemos esto presente, tal vez seamos capaces de encontrar una alternativa de alto valor sentimental y bajo coste económico. Ambas cosas no son incompatibles: Una fotografía o un dibujo, unas palabras especialmente escritas y pensadas, una cena, o una fiesta casera pueden ser más emotivos y sinceros que el más lujoso de los lujos. Pregúntate pues qué es lo que está detrás del hábito de regalar ¿un sentimiento de generosidad, aprecio y reconocimiento? ¿O la obligación de cumplir con la norma social?
Por otro lado hay algo mucho más profundo y doloroso: ¿Crees que comprar más te hará más feliz? Analiza esta cuestión detenidamente porqué hay muchas personas que viven con esa creencia. Por eso mismo no es de extrañar que se lancen a adquirir toda suerte de caprichos en un vano intento de mejorar su estado de ánimo. Y quizás momentáneamente logren su objetivo, al menos por un breve lapso de tiempo, la sensación de poseer, la idea de ser mejores, les ciega como un espejismo en el desierto. Lamentablemente la realidad se acaba imponiendo y nos golpea en la cara: lo que poseemos no nos hace más felices porqué la felicidad no depende de tus posesiones. La felicidad no es un destino sino un camino, no está más adelante en el tiempo, cuando compres, cuando te permitas ese viaje, o cuando logres algo, está en el aquí y el ahora, en éste preciso momento puedes ser todo lo feliz que eres capaz de ser. Algo imposible, por otro lado, si proyectas la felicidad en un momento futuro que no podrá ser vivido porqué los seres humanos moramos en el ahora.
La sociedad en la que vivimos es muy dinámica y nuestras circunstancias de vida varían y mudan con el paso del tiempo. A un ciclo de expansión le sigue un ciclo de contracción y cuando nos queremos dar cuenta, lo que nos podíamos permitir con relativa tranquilidad en el pasado reciente, nos pone en grave riesgo de ruina en el presente inmediato. En momentos de crisis económica como el que vivimos, no podemos seguir haciendo lo mismo, pero los seres humanos no llevamos muy bien el tema del cambio, especialmente cuando se trata de ir a menos. Por este motivo es tan importante ser rápidos en reconocer que es necesario tomar medidas, primero de contención del gasto, es vital reajustar nuestro estilo de vida al entorno, y luego de expansión de los ingresos. Es muy humano negar el cambio cuando no se ajusta a nuestras expectativas, luchar contra él, revelarse, para finalmente adaptarse y aceptarlo. El problema, en un entorno en crisis, está en el coste de oportunidad: cuanto más tardas más riesgo estás asumiendo. Por otro lado es relativamente sencillo hacer lo que se debe hacer una vez se entiende que es una conducta necesaria. Para facilitar este proceso es importante descubrir los motivos por los que uno lucha. El conejo siempre escapará del zorro porqué mientras que el raposo puede comer otras cosas, el conejo se juega la vida. Pregúntate pues: ¿Qué motivos tienes para adoptar nuevos hábitos en la gestión de tus finanzas domésticas? ¿Merece la pena hacer el esfuerzo por tu futuro o por el de los tuyos? ¿Qué alternativas existen? ¿Acaso si no actúas la cosa mejorará sola? Luego levántate y haz lo necesario para minimizar el dolor.
Para bailar con la música que suena es bueno que crees una visión del resultado final. No te centres tanto en la renuncia de hoy como en la contribución que esto hace a un futuro mejor. No se trata pues de pensar que uno va a menos: menos ocio, menos ropa, menos lujo,… sino a más: más posibilidades, más opciones, más futuro. Para mantener afilada tu motivación te recomiendo que elabores un álbum de deseos: toma una libreta en blanco y recorta y pega todo aquello que deseas incluir en tu vida. Hazlo con toda la familia como un ritual de unión. Cuando lo necesites repasa lo que habéis puesto y sigue actuando a favor de vuestro mejor interés.
Para contener el gasto busca alternativas más económicas. Comienza por elaborar una relación de lo que es imprescindible comprar y luego ajústate a ella. Comienza con lo que realmente es necesario y dejar lo opcional para el final. Sube mentalmente de nivel a la hora de determinar tus necesidades. Pregúntate “qué función necesito” y busca qué “medios” te la pueden dar. Por ejemplo, en vez de decir: “necesito bollos para los desayunos” aprende a decir: “necesito un buen desayuno”, porqué quizás puedas cubrir esa función con algo más interesante que los bollos. Adquiere el hábito de comparar precios en distintos establecimientos. Supera la inercia que está detrás de comprar en las tiendas de “toda la vida”. Ya tendrás tiempo de volver a ellas por motivos románticos más adelante. Utiliza Internet para descubrir oportunidades. Compra envases más grandes para optar a un descuento por cantidad. Introduce algunas marcas blancas en tu dieta y deja de pagar la publicidad de los productos que consumes. Entiende que los productos elaborados necesariamente tienen que repercutir esa elaboración en el precio. Quizás puedas elaborarlos tú y conseguirlos más baratos. Por otro lado puedes hacer como Tom Sawyer que al ser castigado a pintar la verja del jardín logró reencuadrar la tarea y transformarla en una fuente de ingresos cobrándoles una tarifa a sus amigos para ofrecerles el “privilegio” de poder pintar. Haz tú lo mismo y transforma la necesidad de recortar gastos en la oportunidad de recobrar el hábito social de invitar a tus amigos a cenar a casa. Elaborad el menú entre todos, repartiros la compra de los alimentos, quedad tres horas antes de lo habitual y haced de la preparación de la cena una fiesta divertida, entretenida y cordial. Estas fiestas, en vez de hacer un regalo a todos los amigos organiza un amigo invisible. Haz lo mismo con tus familiares. Utiliza tu cabeza para anticipar el futuro y evita comprar cuando los precios son más altos. Si no consigues superar la necesidad que has creado en tu mente de agasajar a tus invitados con langostinos, cómpralos tres meses antes y déjalos en el congelador hasta que los necesites. No vayas a última hora cuando cuestan tres veces más. Por otro lado aprovecha las rebajas para adquirir lo necesario. Frena la impulsividad que te puede arrastrar a comprar antes de tiempo. No te des excusas del tipo “es que si espero a las rebajas ya no estará”. Si no está encontrarás otras oportunidades. Muy pocas cosas son realmente imprescindibles. Si has hecho tus deberes identificando lo que de verdad necesitas y lo has anotado en una lista, estarás dos pasos por delante en tu misión de ajustarte al entorno: evitarás comprar “ofertas y oportunidades” que se cruzan en tu camino, y comprarás pensando en la funcionalidad y no solamente en el deseo.
Hacer lo que se debe hacer es sencillo, pero no necesariamente fácil, sobre todo si el resto del equipo no se implica. Por esta razón te sugiero que hables con todos los miembros de tu familia, habla con tus hijos y con tu pareja y expón la situación a la que os enfrentáis. Recuérdales que es algo temporal pero que es sumamente importante que reméis todos en la misma dirección. Motívales y dales ánimos para que te apoyen en lo que estimes necesario. Muchas veces el entorno no colabora porqué no le da a los hechos la misma importancia que le damos nosotros. Asegúrate de repartir la información y no quieras luchar en soledad contra los elementos: no es necesario en primer lugar y es mucho más divertido hacer equipo. Tienes una oportunidad de oro para inculcar buenos hábitos a los más pequeños, de esta forma harás de ellos unos adultos más responsables y conscientes. Si han aprendido cómo sus padres se enfrentaron a una crisis y no perdieron la cabeza confiarán más en sus posibilidades de hacer lo mismo el día de mañana.
Sea lo que sea que te depare el futuro entiende que nada es tan importante como el que seas feliz aquí y ahora. Por más oscuras que sean las nubes, por encima de ellas, siempre, siempre sigue brillando el sol.
lunes, 8 de diciembre de 2008
TREC
A raíz de un comentario que hicimos en el seminario del sábado "Que tu dinero trabaje por ti" salió la petición de un post sobre la TREC,... aquí va.
Decíamos en el seminario que había tres requisitos necesarios para invertir en condiciones:
- Excedente económico.
- Conocimiento técnico.
- Gestión emocional.
El conocimiento técnico lo puedes adquirir de libros, seminarios y personas con experiencia. Básicamente se trata de saber cómo funcionan los distintos tipos de vehículos en los que puedes invertir, y cómo estableces un plan de inversión personalizado que tenga el potencial de satisfacer tus intereses.
La gestión emocional es lo que nos ocupa en este post. Comentábamos con los participantes que había dos grandes niveles en los que era recomendable actuar: físico y mental.
- A nivel físico recomedábamos el implicarse de forma regular en actividades que movieran tu cuerpo: correr, nadar, ir en bicicleta, hacer yoga, tai-chi,... Esto es así pq vivimos en un cuerpo que tiene unas necesidades de mantenimiento a las que hay que atender.
- A nivel mental hay dos niveles en los que trabajar:
- Herramientas para el control de las emociones en general, como pueden ser la PNL, o la TREC(sobre la que hablaremos a continuación).
- Herramientas para el control de las emociones derivadas de invertir. En esta linea de trabajo nosotros proponemos el estudio de las ideas de Mark Douglas.
Vamos pues a ver qué es esto de la TREC y qué tiene para un inversor.
Las siglas ser corresponden con Terapia Racional Emotiva de Conducta y es una aproximación formulada por Albert Ellis.
Este conjunto de ideas forma parte, desde hace muchos años, de mi arsenal de recursos como coach, pero tb de mi "saco-medicina" para mi propio uso.
Para profundizar en ella lo mejor es leer un par o tres de libros del autor. A parte de muy interesantes te harán reír y te acercarán a los intríngulis de esta técnica.
No obstante, te voy a resumir algunos puntos para darte una visión de conjunto.
Albert Ellis se dio cuenta de que podía disminuir el sufrimiento de muchos de sus pacientes de forma muy rápida y eficaz si les confrontaba con lo que estaba originando dicho sufrimiento, y en base a su experiencia, una constante en todos ellos eran las exigencias.
Esto es, las personas altamente exigentes suelen sufrir más... técnicamente podemos decir que altos niveles de exigencia correlacionan positivamente con altos niveles de neurosis.
¿De qué tipo de exigencias estamos hablando? Básicamente de tres tipos:
- Exigencias hacia el mundo en general.
- Exigencias sobre los demás.
- Exigencias sobre uno mismo.
1. Sobre el mundo: El semáforo debería estar en verde cuando yo me acerco a él, no debería haber éste atasco de tráfico de camino al trabajo, el coche de aquí delante debería ir más rápido, tiene que hacer sol el día de mi boda,...
2. Sobre los demás: No tendrían que hablar tan alto, no deberían de ser tan irrespetuosos, tendrían que tener en cuenta mis opiniones, mi pareja debería de ser más atenta, mi jefe tiene que entender mi situación, el del banco debería ser más comprensivo...
3. Sobre uno mismo: Tengo que hacerlo mejor, debo esforzarme más, no soporto equivocarme, tengo que ser más X, no debo cometer errores,...
¿Conoces a alguien que alguna vez utilice este tipo de frases?... ahí va un neurótico... ¿pq? pues pq el mundo es independiente de tus exigencias, es como es y su forma de ser no depende de ti, si llueve, llueve, y tus pretensiones no cuentan,... y los demás son como son,... y lo que tu exijas ni plim,... nadie tiene que ser nada distinto a lo que es... por mucho que a ti te guste la idea... ni por más tonto que te pongas,... ni nadie debería cambiar su forma de ser solamente pq a ti te parece que eso sería lo correcto. Tampoco tiene mucho sentido exigirte a ti mismo... al final eres como eres, y pretender que eres distinto puede convertirse en una terrible trampa. Eso no significa que no cambies algunos aspectos que puedan convenirte... pero hacer de ello una exigencia no es lo más recomendable.
Es fácil encontrar exigencias solamente atendiendo al lenguaje que utilizamos al hablar. Esto es lo que hago cuando trabajo como coach: escucho qué están diciéndome mis clientes... pero tb cómo lo están diciendo. Cuando aparecen exigencias suelen tomar la forma de operadores modales de obligación: tengo, debo, necesito, es imprescindible, no debería, tendrías,...
Lo que Albert Ellis propone como técnica se estructura en su modelo ABCDE
Muy interesante, fíjate en la magia que hay aquí:
Dice el autor que la mayoría de personas atribuimos ciertas consecuencias a ciertos acontecimientos:
La A, del modelo ABCD, se corresponde a los Acontecimientos. La C a las consecuencias.
Estas consecuencias son de dos tipos: de tipo mental (como me siento) y de tipo conductual (qué hago).
- Acontecimiento: me han despedido del trabajo.
- Consecuencia Mental: me siento frustrado pq he dedicado a mi empresa los mejores años de mi vida.
- Consecuencia Conductual: Me encierro en el bar y ahogo mis penas en el alcohol y jugando a las tragaperras.
- Acontecimiento: mi pareja me ha engañado con otro.
- Consecuencia Mental: me deprimo y me desespero.
- Consecuencia Conductual: me vengo con la próxima pareja que tengo y le hago pagar el dolor que me han hecho en el pasado.
- Acontecimiento: me han detectado un bulto sospechoso en el pecho.
- Consecuencia Mental: me aterrorizo al pensar que sea algo maligno.
- Consecuencia Conductual: me niego a hacerme más pruebas para evitar que me digan que estoy mal.
Así no todo el mundo que es despedido se frustra y se encierra en el bar... algunos lo aprovechan para montar el negocio de sus sueños. Ni todos los que han sido engañados se deprimen, se desesperan y lo pagan con la siguiente pareja. Algunos descubren que era mucho mejor terminar algo condenado a fracasar para crear espacio a nuevas opciones de relación. Tampoco todo el mundo que es diagnositicado con un bulto se aterroriza pensando que es maligno, ni evitar ir al médico,... muchas personas siguen con su vida y van al médico lo antes posible para aumentar las posibilidades de tratamiento.
Luego... si a los Acontecimientos no les podemos asociar unas Consecuencias determinadas... ¿qué es lo que genera que nos sintamos como lo hacemos... y que actuemos como actuamos?... Albert Ellis dice que las Consecuencias, tanto mentales como conductuales dependen de nuestra forma de pensar,... de las ideas y creencias que tengamos, que son la que utilizamos para interpretar lo que acontece.
En inglés Beliefs,... de ahí la B del ABCD.
Acontecimientos, Creencia (Beliefs), Consecuencias (mentales y conductuales).
Luego, entre los Acontecimientos y las Consecuencias hay un "trabajo mental", una interpretación subjetiva que hacemos las personas. Es en ese espacio en el que él trabaja. Identifica qué conjunto de creencias irracionales tienen sus pacientes que pueden estar detrás de las consecuencias desajustadas e inhabilitantes.
Generalmente el tipo de creencias que hay son exigencias basadas en operadores modales. A esto él lo llama los "musterbations" haciendo un juego de palabra con "masturbation" (masturbación en inglés), y "musterbation" del verbo "to must", tener qué.
La idea básica es identificar estas creencias irracionales, y Debatirlas (la D del ABCD). Este debate lo hace confrontando a las personas con la veracidad o falsedad de sus creencias. "¿Es cierto que debería de hacer sol en día de tu boda?" "¿De verdad crees que tu jefe tiene que tener en cuenta sus ideas?" "¿Qué te hace creer que es necesario que seas mejor de lo que eres?".
Para las personas que invierten, o que están en proceso de convertirse en inversores, tener la mente afilada y evitar caer en este tipo de trampas es muy útil. Si no gestionas tus respuestas emocionales al final no actuarás a favor de tu mejor interés... y eso acabará costándote caro.
Descubrir cómo construyes las trampas en las que te encierras es el primer paso para liberarte y acceder a un nivel de gestión que vaya más allá del dolor, la lucha y el sufrimiento.
Las inversiones pueden ser fuente de placer y satisfacción... o de dolor... En la fase inicial, mientras estamos aprendiendo los entresijos de tipo técnico, es fácil que cometamos errores. Estos errores pueden ser la base sobre la que seguir construyendo, o pueden ser una cruz que nos lastre y nos aparte de nuestro camino.
La TREC es una herramienta muy potente, seas o no inversor, habla de ti, de cómo funciona tu cabeza y la de los que más quieres,... es un buen regalo de navidades tanto para ti,... como para los tuyos.
domingo, 7 de diciembre de 2008
Se como tú eres
Quizás haya en ellas algo para ti...
miércoles, 3 de diciembre de 2008
La matriz de nueve dimensiones
Básicamente me encuentro que muchos de los emprendedores con los que trabajo, que tienen éxito en los negocios, tienen la sensación de no tener tiempo para ellos y para sus familias. Es como si el trabajo que desarrollan con tanta pasión, les hubiera absorbido tanto que ahora ya no tiene apenas vida fuera de él.
Esta consecuencia negativa de haber tenido éxito puede llegar a ser muy agobiante, y los sentimientos que suscita son muchos y variados. Entre ellos encontramos la frustración, los reproches de la pareja y del entorno familiar y las dudas sobre la conveniencia o no de haber emprendido el negocio en primer lugar. Algunos clientes me han dicho que sospechan que muchos de sus empleados viven mejor que ellos mismos.
¿Qué está detrás de esta cuestión? ¿Cómo se origina esta trampa? ¿Están pagando un precio demasiado elevado por el éxito profesional?
Sin ninguna duda si tienes que perderte los cumpleaños de tus hijos, o no tienes tiempo para disfrutar del dinero que ganas es que estás haciendo algo mal.
Hay muchos motivos que pueden explicar esta situación, pero el más relevante, bajo mi experiencia profesional, es haber confundido Autoempleo, con Negocio. Un Autoempleo es cuando eres dueño de tu puesto de trabajo: has creado una empresa en la que trabajas, y que te da de comer... Un Negocio es cuando eres dueño de un sistema que trabaja por ti: has creado una empresa que está sistematizada y protocolizada y que no necesita que estés tú presente para funcionar correctamente.
La solución pues, a este problema es lo que llamo "salir de la ecuación". Básicamente se trata de reestructurar el concepto de negocio para conseguir que sea operativo SIN QUE TÚ TENGAS QUE ESTAR EN ÉL.
En La Escuela de Inversión, ayudamos a que los clientes que sufren este mal, logren salir del sistema. Para ello trabajamos con una matriz que nos viene de la mano de la Consultoría para la Mejora del Rendimiento.
Es La matriz de nueve dimensiones y pienso que puede ser de tu interés.
El concepto básico es el siguiente: decide cuando vas a dejar la empresa en la que trabajas, cuando vas a abandonar tu negocio, cuando vas a desaparecer.
Puede ser dentro de seis meses, de un año y medio o de tres años. Tú eliges. Una vez lo tengas claro, y con ese objetivo en mente, vas a trabajar para estandarizar lo que tu empresa hace de manera que sea capaz de seguir haciéndolo SIN QUE TÚ ESTÉS AL FRENTE.
Llegado el momento de salir de la ecuación podrás hacerlo o podrás decidir que te quedas pq te gusta el trabajo que realizas. En ese caso serás libre de elegir. No te estarás quedando pq no tengas otra opción.
¿Cómo aplicamos la matriz?
Analizamos nuestro negocio desde tres dimensiones:
1. Dimensión Organización. Vemos el negocio como un sistema completo. Un todo, que se organiza para generar un out-put: ofrecer un producto o un servicio a un entorno de mercado.
2. Dimensión Procesos. Identificamos los distintos procesos necesarios para que la Organización pueda funcionar con éxito y pueda generar ese out-put.
3. Dimensión Puesto de Trabajo. Determinamos que puestos de trabajo específicos conforman cada Proceso.
Y estas dimensiones las diseccionamos atendiendo a tres aspectos:
1. Objetivo: Qué finalidad persigue.
2. Diseño: Cómo es estructura para poder satisfacer el objetivo que tiene.
3. Control: Qué mecanismos de control nos indican que se consigue el objetivo con éxito.
Ya tenemos la matriz de nueve niveles.
- En el nivel 1 tenemos el Objetivo de la Organización.
- En el nivel 2 tenemos cómo está Diseñada esta Organización.
- En el nivel 3 tenemos los mecanismos de Control del éxito de la Organización.
- En el nivel 4 tenemos el Objetivo de cada uno de los Procesos que conforman la Organización.
- En el nivel 5 tenemos el Diseño de cada uno de los Procesos que conforman la Organización.
- En el nivel 6 tenemos los mecanismos de Control de cada uno de los Procesos que conforman la Organización.
- En el nivel 7 tenemos el Objetivo de cada Puesto de Trabajo.
- En el nivel 8 tenemos el Diseño de cada Puesto de Trabajo.
- En el nivel 9 tenemos los mecanismos de Control de cada Puesto de Trabajo.
Deseo que te sirva tanto como nos sirve a nosotros.
FNAC
Ayer dimos una charla en el FNAC del Callao.
Fué un evento patrocinado por EBP, una empresa de software de gestión que está desarrollando unas aplicaciones muy interesantes para agilizar las finanzas domésticas y de empresa.
El marco fueron las III jornadas de Emprendedores.
Movimos cielo y tierra para que pudiera pesonarme... y al final no lo conseguimos (es lo que tiene estar en pleno rodaje), así que nos orientamos a la solución e hicimos una video conferencia.
O dejo un par de fotos y me comprometo a compartir con vosotros algunas de las ideas que compartimos.