jueves, 17 de abril de 2008

Reamueblar la propia vida

Vivía en la casa que había heredado de su familia. Había en ella recuerdos de tiempos lejanos. Hubiera preferido que la estructura fuese distinta pero, puesto que ella no eligió ni el lugar donde la casa estaba construida, ni su forma, aceptaba la casa tal y como su familia se la había cedido.

Había algunos muebles que no le gustaban nada y no sabía qué hacer con ellos. Por un lado representaban algo que había tenido mucho valor para sus padres, pero a ella le resultaban engorrosos y poco prácticos, y por otro lado llevan tanto tiempo en la casa que le parecería un sacrilegio deshacerse de ellos.

Algunas veces, cuando iba a la cocina se golpeaba las espinillas con esa figura que le habían regalado a su madre el día que cumplió veinte años. Tenía más de una cicatriz a causa de esa figura pero, ¿qué iba a hacer?. A su madre la había gustado tanto ese regalo.

La casa estaba casi siempre a oscuras; las cortinas de terciopelo atenuaban la poca luz que osaba entrar y hacía tiempo que la instalación eléctrica había dejado de funcionar. Algún día se arreglaría, pensaba ella, luego lo podría ver todo mejor.

Con el paso del tiempo las habitaciones habían ido almacenando tantas cosas que apenas si había espacio para moverse en ellas. La mayoría de esas cosas llevaban mucho tiempo sin ser usadas, pero ¿qué otra cosa podía hacer con ellas? Después de todo, hacía tanto que la acompañaban.

Un buen día, mientras dormía tubo un sueño espantoso. Estaba andando por un camino cuando vio como un cuervo escondía un diamante muy grande en un agujero en el tronco de un árbol. Luego el ave le dijo: "Si quieres puedes quedarte con la joya, es tuya". Ella se acercó al árbol y metió la mano en el agujero para sacar el diamante. A pesar de tener una mando pequeña no le fue fácil puesto que el agujero era estrecho. Luego, al tacto, encontró el diamante, lo asió fuertemente entre sus dedos e intentó sacar la mano del agujero. Imposible. El agujero era demasiado pequeño para dejar pasar a su mano con el diamante. Intentaba forcejear pero lo único que lograba era hacerse daño. Mientras tanto el cuervo reía sin parar. Cuanto más fuerza hacía ella más encajada quedaba en el agujero del árbol. De repente escuchó al cuervo advertirla. "Ahí llegan los lobos, más vale que hagas algo o te van a morder". Eso la paralizó del todo, ¿qué debía hacer?. Ella quería el diamante, pero no podía sacar la mano del árbol si no lo soltaba, por otro lado si no sacaba la mano la morderían los lobos. Ya los veía avanzar hacia ella a toda velocidad. De repente despertó.

A la mañana siguiente se decidió a hacer algo con la figura que le había regalado a su madre. La movió de sitio. La puso en una sala en la que nunca entraba. Por la tarde se decidió a hacer algo con el resto de muebles del comedor: aparto la mesa a un lado, movió las dos sillas estropeadas y vació el contenido del baúl. Luego arrastró el baúl hasta la calle.
Al día siguiente, se decidió a mover el sofá y a sacar a la calle las dos sillas estropeadas. Apartó la mesa grande de la cocina y se deshizo de la cama de la abuela.

Parecía mentira como el hecho de haber eliminado algunas cosas le daba un aire tan distinto a la casa. Había más espacio para moverse y todo parecía más harmonioso.

Dos días más tarde arrancó las cortinas de terciopelo y abrió todas los ventanales. La casa de llenó de aire nuevo y su vida también.

3 comentarios:

Barcelona Segway glides dijo...

muy bonito el cuento :) supongo que todos tenemos muchas cosas y creencias en nuestra vida que hemos heredado y no necesitamos o ya no nos son útiles.

Oscar Prieto dijo...

Hola Vicent:
Lo mismo que has comentado del Arbol y el diamante lo ví en una ocasión en un documental sobre la sabana africana y un tipo de monos.
Los indigenas de la zona introducián en unos huecos en la roca terrones de sal, y un mono, en el documental decian el nombre, le sucedía lo mismo que a la chica de tu historia.
Con la diferencia de que aca cojían al mono vivo, y al cabo de unas días era comido por toda la tribu.
Saludos

Anónimo dijo...

"tubo", "harmonioso", vaya patadas al diccionario.