
Tú, con tus miedos, temores, ambiciones, deseos, frustraciones,... tú eres el resto de la humanidad. Lo que sientes, lo que te mueve, lo que te ocupa, es lo que nos ocupa a todos,... todos somos tú...
No es un concepto que me haya resultado fácil de entender, pero me resulta interesante.
Cuando leo algunos comentarios que haces en los blogs me veo a mi mismo, en otro momento de mi vida, en otras áreas de mi interés, con mis mismos viejos temores y preocupaciones, con mis anhelos, mis deseos,... Ahora me resulta fácil entrar por ahí... así que ¿cómo te voy a criticar por decir lo que dices, si te entiendo perfectamente? Yo he sido tú... quizás en cierto sentido aun lo sea.
Algo que he aprendido, algo que veo día tras día, es la imposibilidad de llenar algo que ya está lleno. ¿Cómo van a caber nuevas ideas, nuevos conceptos, si el recipiente está repleto con lo viejo?
Juzgas el mundo desde lo que conoces y así, lo que haces es tener tu propia lectura, tu propia interpretación. Todos lo hacemos, casi todos... El problema es que lo viejo te impide conocer lo nuevo... Solamente puedes acceder a lo nuevo, a lo desconocido, si eres capaz de renunciar a lo que ya conoces,... sino lo haces no hay espacio para más.
Lo desconocido no nos da miedo, pq no sabemos aún qué es,... el miedo lo generamos al imaginar lo que significa soltar lo viejo. ¿Cómo vas a desprenderte de tus viejas formas de pensar? Renunciar a lo que crees que sabes... eso duele.
Piensa una cosa, yo he estado ahí,... quizás lo siga estando en muchas otras áreas. Lo se, me doy cuenta, y así genero el cambio. Permito que lo nuevo brote en el espacio de renuncia de lo viejo. Es la única forma que conozco para que verdaderamente pueda existir el cambio.
Cuando ya lo sabes todo... no puedes saber nada más.
Esa frase es verdadera. ¿Lo ves?