martes, 25 de mayo de 2010

El poder de las cosas sencillas


Persiguiendo grandezas muchas personas se pierden la vida. Creen que tocarán el cielo cuando consigan ese nuevo empleo, esa nueva casa, ese nuevo coche, viaje, cargo, proyecto... y en realidad cuando llega, si acaso llega, todo eso es substituido por el anhelo de otro deseo que les moverá hacia el futuro... a perseguir una ilusión, una trampa de su propia creación, un espejismo que les aleja de lo único que pueden vivir, que les secuestra y les aparta de lo que es.

Persiguiendo grandezas dejamos de estar donde estamos. La vida, con sus miserias y sus regalos, se está expresando continuamente en nosotros, lo hace ahora mientras lees, lo hizo mientras dormías, y lo hará dentro de una hora... y es este momento que vives el que es real, jamás existirá lo que viviste, jamás vivirás en otro momento que no sea el aquí y el ahora.

Persiguiendo algo mejor te pierdes el descubrir la perfección de lo que ya es. Hay tantas cosas interesantes en tu vida, preciosas, exquisitas, fantásticas, alucinantes,... pero sin reflexión, sin conciencia, sin atención, sin observación no son, no pueden ser, no las dejas ser. Al privarles el reconocimiento las insultas. Ellas seguirán ahí, como esperando el regalo de tu atención Tú puedes parar la agitación de tu mente, frenar la actividad de tu pensamiento, y reconocer... y también puedes entregarte a perseguir sueños.

¿De qué sirve conseguir algo que no se tiene si se es incapaz de honrar lo que sí se tiene?

La satisfacción del logro suele ir acompañada de la indolencia y la frustración de haber conseguido lo que uno quería solamente para descubrir que aquello no ha marcado una diferencia significativa. Es como el explorador que tras subir a la cima de una montaña no es capaz de disfrutar de su ascenso porqué delante de él descubre otra cima más alta aún.

Quizás el verdadero reto esté en dejar de perseguir grandezas para descubrir que el milagro ya están siendo... dejar de buscar para encontrar... Tal vez no se trate de satisfacer un deseo determinado sino de entender la raíz misma del deseo.

10 comentarios:

Fernando Greenyway dijo...

Pero si sólo pensamos así, ¿No corremos el riesgo de quedarnos estancados? ¿De no luchar y aspirar a algo mejor?

Debe haber un equilibrio, entre la satisfacción de lo que tenemos y el instinto de superación, perseguir nuestros sueños y objetivos...

Fernando (blog | site)

jdelasmuelas dijo...

Suelo imaginarme mis objetivos como cuando alguien nada con algo de corriente.

Una vez en el agua disfruto de cada brazada dada pero sin perder en ningún momento el objetivo en la otra orilla porque sé que si lo descuido la corriente me desviará de mi rumbo.

Vicens Castellano dijo...

Estoy contigo Fernando, debe existir un equilibrio o podemos quedarnos conformados...
Creo que es un gran reto... Me gusta verlo como unir la filosofía oriental con la occidental. El estar presente y disfrutar de lo que uno tiene, con la capacidad de conseguir los objetivos y metas que uno se propone.
Un delicado equilibrio,
vC

Fernando Greenyway dijo...

Vicens, totalmente de acuerdo, pero... ¿Dónde está ese punto de equilibrio?

La respuesta fácil que se me ocurre es "que es personal y que cada uno debe valorarlo y decidirlo".

Pero me gustaría pensar que puede haber una racionalización que vaya algo más allá. No aspiro a encontrar una fórmula matemática exacta, pero algunas líneas maestras se deberían de poder de extraer.

Inspirándome en el ámbito financiero, a mi parecer lo veo como una "barra desplizante (slider)" (barra típica de las aplicaciones informáticas, que movemos de izquierda a derecha para seleccionar un valor), donde afinamos el "ROI personal" que buscamos con nuestras acciones.

Si movemos nuestro ajuste completamente a la izquierda, estaremos en una búsqueda permanente del retorno inmediato. En esta situación caeríamos en la drogradicción, el alcoholismo, nos resultaría imposible realizar cualquier esfuerzo o trabajo, tener hijos...

Si deslizamos el ajuste totalmente a la derecha, nuestra vida estaría destinada a ser un martir en vida, pensando siempre en un objetivo mayor y siendo incapaz de la más mínima recompensa personal.

¿Qué opináis? ¿Se puede conseguir ajustar este parámetro en nuestra vida y encontrar ese equilibrio? O por el contrario, ¿es mucho más complejo y es necesario ajustar contínuamente en cada situación? ¿o realmente habría que buscar otro modelo para explicarlo?

Fernando (blog | site)

Unknown dijo...

Intentar sacar conclusiones del texto es tener que hacer uso de la razón, con lo que nos separamos del momento presente en donde no cabe ninguna duda.

A mí si que no me cabe la menor duda de que estamos viviendo el nacimiento de una nueva mente, fusión de nuestra anterior manera de ver las cosas (mediante el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro que rige lo verbal, la razón, la lógica) con una nueva visión, en donde primará la intuición, imaginación, creatividad, etc., y en la que tendrá que reinar la armonía y el equilibrio, para poder ir a favor de la corriente, si no nos lo queremos perder.

Ruth

technobroken dijo...

Fernando,

Respecto a lo de ajustar el parámetro: La vida es algo dinámico por el hecho de que nuestro entorno es dinámico y por tanto hemos de ir adaptándonos constantemente al entorno.

Lo más importante es conocernos a nosotros mismos para conocer nuestras posibilidades y nuestras limitaciones. De esta forma podremos saber que objetivos podemos alcanzar y el grado de esfuerzo que tenemos que hacer para ello.

Por otro lado y no menos importante no hay que disfrutar solo cuando se consigue el objetivo sino de todo el proceso. Ya que será lo que mas tiempo nos llevará, realmente conseguir el objetivo no es donde hemos de encontrar la satisfacción sino disfrutar de cada momento del proceso hacia el objetivo. Si durante el proceso empiezas a no disfrutar habrá que hacer cambios y ver si el objetivo se puede alcanzar o no.

Hay que pensar en grande pero empezar en pequeño para tener objetivos que no nos hagan conformistas pero que nos permitan que el proceso sea llevadero y disfrutar de ello.

¿Cómo se consigue eso? Pues disfrutando. Si no disfrutas no vas por buen camino.

Pilardepiedra dijo...

Hola Vicens,
Me encantan este tipo de entradas, eres un motivador nato para mi.
Gracias

jaime dijo...

Creo que no debemos olvidar (y creo que es parte del mensaje del post) que no es solo disfrutar del camino y del objetivo que perseguimos. Hay más cosas en la vida, no tiene porque perseguir un objetivo.
Los momentos de ocio hay que disfrutarlos, pasar el mayor tiempo de calidad haciendo lo que más no llena, nos gusta, nos completa,....
Para mi no hay mayor gozada que una sonrisa de un hijo porque si, sin motivo, sin ningun premio añadido. Eso es lo que merece la pena y el objetivo final de todos mis proyectos va encaminado a mantener y aumentar esos pequeños momentos.
dejarlo para mañana ( como muchos hacen ) es engañarse y como bien decian antes la vida es dinamica y no se como será el juego mañana, a lo mejor ese mañana no es posible o lo que me hace feliz ya no esta.

Ser felices es el mejor mensaje de todos

Ely dijo...

"Tal vez no se trate de satisfacer un deseo determinado sino de entender la raíz misma del deseo."
Vicens, en tu útima frase está para mi lo fundamental.
El deseo se basa en la carencia, cuando algo se tiene, se disfruta o no; pero no se desa.
Por lo que por la propia esencia del deseo siempre deseamos lo que no tenemos.

Patry, desde Argentina dijo...

Mas que poder, yo diría que las cosas simples y sencillas tienen esa magia que nos hace brillar. Disfrutar y encontrar lo positivo a cada cosa que hagamos es lo que nos hace siempre estar con una sonrisa, y ver las cosas desde otra perspectiva, desde un desayuno hasta el trabajo.
Paremos un poco y miremos cada cosa que nos rodea....y agradezcamos por estar vivos!
gracias por hacernos recordar este gran tema
Patry