lunes, 7 de marzo de 2011

Sed de justicia

Durante muchos años pensé que el mundo era un lugar justo y, en consecuencia, si uno hacía las cosas correctas, recibía su recompensa.

Luego, con el paso del tiempo, observé que había muchas personas que hacían cosas incorrectas y parecía que no les iba tan mal.

Ante estas situaciones me conformaba con pensar que, con el paso del tiempo, la vida se encargaría de poner a cada uno en su lugar.

Pero seguía viendo personas que hacían trampas impunemente, aprobaban los exámenes copiando, robaban, se saltaban la cola, engañaban a sus parejas... y no les pasaba nada.

También era evidente, por otro lado, que en la vida había muchos casos de personas que, sin merecer ni desmerecer, sufrían unos terribles castigos: perdían a un hijo joven, enfermaba de forma irreversible, perdían la vista o una pierna. ¿A caso tenía algún sentido el buscar la justicia en un mundo tan atroz?

¿Qué era entonces esa idea de justicia? ¿Se trataba de algo que afectaba solamente a los humanos? En un documental veía una cebra dando a luz, al momento una leona atacándola para matar a la cría... ¿Era justo que la cebra pediera a su cría? ¿Era justo que la leona no pudiera comer?

¿A caso la justicia no existía en sí misma? Si era así, ¿por qué ese concepto?

Comencé a pensar que la justicia era una especie de tabla salvavidas, una idea que nos ayudaba a seguir adelante, una ilusión que nos permitía esperar que las cosas saldrían mejor en otro momento.

Es ciertamente tranquilizador pensar que el mundo es justo y que el bien reinará. Luego, si examinas el concepto del bien y del mal, tal vez llegues a darte cuenta de que no existen por sí mismos, sino que son juicios, y como tales, están emitidos por observadores. De manera que, diferentes observadores emitirán distintas opiniones.

Lo que a uno le parece bien, a otro le parece mal. Lo que en un país es justo, en otro es injusto. Si este concepto es una pura construcción humana, un puro artificio, ¿para qué dejar que gobierne la vida de uno?

¿No sería mejor olvidarse de buscar algo que no deja de ser una convención cultural?

Desde mi punto de vista lo que tiene sentido es hacer las cosas bien por sí mismas. Hacer lo correcto, no buscando una justicia futura, o una cierta recompensa, sino más bien por el mero hecho de actuar conforme a los propios valores.

Eso es tremendamente liberador porqué por un lado permite dejar de neurotizarse frente a escenarios que no se ajustan a las expectativas que tenemos, y por otro lado, permite asumir un enfoque muy productivo: haz lo que creas que tienes que hacer.

Puedes dejar de sentir que la vida te trata de forma injusta, porqué quizás la vida sea indiferente a tu búsqueda de justicia.

Puedes comenzar a hacer las cosas como entiendas que deben ser hechas por sí mismas, no en espera de que la vida te corresponda, sino porqué decides que quieres hacer lo que tu decides que es correcto.

vC

7 comentarios:

Mantis dijo...

Ufff, vaya tema has tocado. Si me lo permites, haré una breve aportación. Por un lado está el honor y por otro la reputación. Dicen que el honor es estar en paz con uno mismo y la reputación lo que los demás piensen de ti. No hay nada que rompa más el alma que verte rodeado de alabanzas y homenajes mientras tu honor está roto, pero en cambio sí que puedes capear el temporal de una reputación hecha pedazos. Resumiendo, nadie llega a nada auténtico si se falta a sus propios valores o si se alinea con algo que hace daño a su naturaleza. Sobre las leyes comunes... cada día vemos como decretos y propuestas que despojan de derechos a los más débiles prosperan... en fin, sólo nos queda la lealtad hacia aquello que consideramos justo. Y es poco, así que no lo perdamos.

Unknown dijo...

No me he podido resistir a hacer un comentario porque, aunque coindido en la conclusión a la que llega Vicens, no coincido en el motivo.

Yo también creo que cada cual ha de obrar según lo que crea correcto sin esperar a cambio que la vida imparta justicia ... pero no porque la idea de lo que es justo no esté clara y sea una mera opinión y por tanto sea inútil esperarla, sino porque la mayoría de la gente no es capaz de obrar justamente.

El paralelismo con los animales no es válido. Los animales se comen unos a otros y eso no está ni bien ni mal, no es justo ni es injusto. Simplemente es instinto de supervivencia.

El hombre también tiene ese instinto, pero además tiene inteligencia. En ese momento aparece la idea de bien y mal, de justicia y de injusticia.

Puede pensarse que la justicia es algo arbitrario y que es una cuestión de opinión, algo cultural, ya que lo que hoy es una injusticia clara, hace 100 años era uso habitual aceptado (pensar en los derechos de los trabajadores).

Pero disiento en equiparar justicia y opinión; en el fondo, hay algo que separa lo justo de lo injusto y que es igual en cualquier época: ¿mis acciones van a lastimar, perjudicar, dañar a alguien más?

Más allá de modas, usos, costumbres ... es muy fácil hacer esa reflexión cuando uno quiere decidir si emprende o no una acción.

A veces se puede complicar ya que uno puede perjudicar a otro inadvertidamente pero en la mayoría de los casos está muy clara la respuesta.

Ejemplos: conducir temerariamente, hacerle mobbing a alguien, discrimar a alguien, difamarle, apropiarse del trabajo o méritos de otro ... sobornar a un cargo público para poder edificar la propiedad de un tercero, vender un producto dudoso disfrazado de producto seguro porque tengo una suculenta comisión ...

La idea de justicia está bastante clara, pero coincido en que no la esperemos, porque la gente no la considera en su obrar cotidiano.

Giulia Fernandez Avagliano dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Giulia Fernandez Avagliano dijo...

Cuando he empezado a leer me he dicho: ¡Ay Vicens, en qué embolao filosófico te estás metiendo, a ver por dónde tienes preparada la salida!

Y una vez más, ¡CHAPÓ!

Decía Ramón y Cajal que "Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro." Gracias a estas lecturas que nos regalas en tu blog se amplía un poco mi propio enfoque de las cosas.

Carmen Viejo Díaz dijo...

¿ Justo o injusto? ¿ Fácil o difícil ?¿ Bueno y malo ?...todos ellos construcciones mentales.

Una vez me dijeron:
-" la vida no te debe nada"..." ¡¡ "Tú ,le debes todo a la vida ¡¡"

Es una de las frases que más me ayudo a crecer;)

Me hizo conexionar con algo de Gregory Bateson:

Analizó y difundió la frase ” el mapa no es el territorio”.Insistió que el lenguaje crea realidades, añadiendo que el mundo mental es solo un mapa de mapas.

Molt bó el teu post XD

pilar dijo...

Además de coincidir en muchas cosas de las que se han dicho, voy a tratar de resumir otras que pienso:
* Sólo Dios es justo. Una persona puede hacer las cosas bien según su criterio y conciencia. Si la respuesta de los demás a eso no es positiva, no es su problema. Para el que hace las cosas bien no es fácil aguantar el tirón, sufrir injusticia, que le cuelgan el cartel de “XXXX”, que se malinterprete su forma de actuar,… pero si esa persona ha actuado de forma madura y coherente lo único que cabe en ella es paz.
* La justicia es una tabla salvavidas… pero para el que no hace las cosas bien. Cuando uno no se toma la justicia por su mano sino que deja actuar a Dios (los demás también deben aprender que no todo es “suyo”, que deben dar a cada uno lo que le pertenece) uno termina viendo cómo “la vida” pone a esa persona en la misma situación de injusticia de la que una vez fue verdugo.
* El mal no existe, es ausencia de bien. El bien rige la ley natural impresa en nuestra naturaleza humana (Sto. Tomás de Aquino lo explica mejor que yo). Es puro artificio cuando se manipula a favor de intereses personales y egoístas. Así que efectivamente, al final es uno quien decide hacer bien o no.
* La muerte, la enfermedad,… es ley de vida, algo connatural. Las guerras (aunque no las nombras) no los son.

María dijo...

Tema nada fácil de abordar y que todos nos hemos cuestionado en mas de una ocasión.

Pilar, me encanta y comparto tu punto de vista.

Creo que lo justo sólo existirá si se observa desde una perspectiva racional y humana, desde la perspectiva de la compasión y el Amor.

¿Aunque qué es el Amor para cada uno...?

Gracias, muy interesante el post